El presidente de Italia, Silvio Berlusconi, continúa con su política para controlar la entrada de inmigrantes a ese territorio de la Unión Europea, al precio que sea.
Sin embargo, esta vez no ha utilizado palabras denigrantes como en otras ocasiones en contra de la inmigración, sino que apuesta por la integración de los extranjeros/as en ese país, al diseñar o querer implementar un permiso de residencia por puntos, como existe hoy en día en Canadá.
El gobierno de Berlusconi pretende que las personas no comunitarias que quieran vivir de forma legal en Italia, cumplan con unas series de condiciones: dominio de la lengua italiana, conocimientos de la Constitución, que demuestren que sus hijos están siendo escolarizados, entre otros requisitos.
Si esas exigencias son cumplidas, el extranjero/a irá sumando puntos hasta llegar a los 30 que se necesitarán para renovar el permiso de residencia; si por el contrario, éstos son detenidos por cometer algún delito, trabajar ilegalmente, no tener una vivienda con contrato, entre otras cosas, perderán puntos hasta poner en riesgo su estancia en ese país.
Para sumar puntos:
- Hablar la lengua italiana o estar aprendiéndola
- Conocer la Constitución y las leyes básicas del país
- Tener escolarizados regularmente a los hijos/as
- Saber cómo funciona el sistema sanitario
Situaciones que restan puntos:
- Delinquir
- Trabajar de forma ilegal y sin contrato
- Alquilar una vivienda sin contrato
- Favorecer el ingreso ilegal en el país de otros inmigrantes
Lo que hay que esperar es que a la hora de que los/as inmigrantes tengan que renovar su tarjeta de residencia, como suele pasar en España, tengan un contrato de trabajo, ya que –como está la situación de desempleo y la reducción hasta de los sueldos -muchas veces se le hace imposible encontrar quién les contrate.
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